La presente coyuntura exige asumir posiciones frente al 22 de noviembre y una definición respecto del país que queremos construir. Estamos convencidos que la educación, la ciencia y la tecnología hecha por argentinos es el factor decisivo para el desarrollo del país. Los desafíos que tiene la Argentina en materia económica, social y de seguridad sólo podrán enfrentarse responsablemente con las herramientas que nos dan el conocimiento generado por los investigadores argentinos. En ese sentido, Daniel Scioli es el único candidato a la presidencia que se comprometió por escrito a garantizar la continuidad y profundización en materia de políticas educativas, afirmó que incrementará el presupuesto para la educación del 6,2 al 8% del PBI y la inversión en ciencia y tecnología del 0,6% al 1% del PBI.
Los avances en materia educativa hicieron posible una recomposición sustancial del presupuesto; la ejecución de importantes programas de inclusión; un impulso estratégico para la formación de ingenieros; la recuperación de la educación técnica; la implementación del programa Conectar Igualdad —que ha implicado una reducción de la brecha digital—; logros que han generado que Argentina tenga —según la UNESCO— los mejores índices de acceso a la educación en América Latina.
En 2002 el presupuesto universitario era de $1.900 millones y hoy supera los $ 40.000 millones. 15 nuevas universidades en todo el país constituyen motores de crecimiento y desarrollo de sus respectivos territorios. Los estudiantes universitarios obtuvieron más de 50.000 becas y los docentes y no docentes consiguieron, por primera vez, la sanción de Convenios Colectivos de Trabajo, paritarias y un aumento salarial del 2.000 por ciento. La infraestructura de las universidades fue reconstruida con un plan que no tiene antecedentes en nuestra historia.
Pero más importante que el detalle de estos hechos es el reconocimiento por parte de la Argentina del papel activo de científicos, investigadores, docentes, profesionales, no docentes y estudiantes en la construcción de un país con más industrias, con más empleo, con más justicia social, un país con más educación. Por ello, hoy nuestras Universidades Nacionales intervienen activamente en la formulación de políticas del Estado.
La defensa de la universidad pública es la defensa de una política de estado, que ha tenido un gran impacto social y económico durante estos últimos años, defensa que no solo depende de la comunidad universitaria sino de todos los argentinos. Por eso convocamos, con respeto y humildad, a los ciudadanos para que acompañen con su voto a Daniel Scioli. Esta declaración es para nosotros un compromiso que asumimos por la calidad de vida de los ciudadanos, por el futuro de nuestros jóvenes y el bien común de toda la Argentina.