(Traducción de Pamela Morelli)
Desde que Roza Calderón visitó nuestro país en 2019, invitada por la FEDUN, sabemos que nos une a ella la lucha por las causas sociales, la defensa de los derechos de las minorías, los trabajadores, las mujeres y niños y el fuerte compromiso con cada una de estas luchas en todo el continente americano. Hoy la pandemia mundial profundiza las desigualdades y complejiza la militancia. En este escenario, a un año de su visita a la Argentina, consultamos a Roza sobre la actualidad social de EE.UU. y el movimiento “Black Lives Matter (too)” (“Las vidas negras también importan). En este artículo se recogen los principales punto de su testimonio.
Roza, que se define como una activista por los derechos humanos y organizadora social y comunitaria en los Estados Unidos manifestó estar muy agradecida de poder conversar sobre el movimiento BLM y de poder contar algunos de los motivos que los trajeron hasta este momento de la actualidad.
“En mi experiencia personal, siendo una inmigrante latina que vive en los Estados Unidos, desde niña siempre me enfrenté con la pregunta “¿De dónde sos?”. Durante mi militancia, en momentos de verdadero racismo me han gritado que regrese a mi propio país. A partir de estas experiencias, no puedo imaginar el dolor que sienten nuestros hermanos y hermanas negros que a pesar de estar en estas tierras desde hace 400 años, incluso desde el mismo comienzo de esta Nación, aún no pueden sentirse en casa”.
“Los miembros de las comunidades afroamericanas no pueden entrar a un negocio sin ser perseguidos, ni manejar por algún vecindario sin que la policía los detenga. No pueden gozar de estos (y otros) derechos sin sentirse amenazados”, relató.
Ante esta situación, explicó por qué suman la palabra “también” al movimiento: “BLM es algo que queremos encarar como BLM TOO (Las vidas negras TAMBIÉN importan). La gente argumenta que todas las vidas importan y eso, por supuesto, es verdad. Pero hasta que las vidas de los negros sean consideradas también valiosas, hasta que ese momento llegue, ninguno de nosotros importa”.
Respecto del rol del Gobierno ante la situación de desigualdad y racismo, dijo que en EE.UU., actualmente, “los políticos que fueron votados democráticamente, decidieron suprimir fondos esenciales de programas que el pueblo necesita desesperadamente para poder vivir de manera digna”, entre los que se cuentan programas de acceso a la salud general, a la salud mental y para el tratamiento de adicciones a las drogas. Además, explica, se desviaron esos fondos a los departamentos de policías para que ellos se ocupen de estos problemas.
“La solución que los políticos de turno encontraron, básicamente fue amontonar más responsabilidades sobre los servidores públicos (policías) equipándolos con armamentos militar y haciendo parecer que están conduciendo una guerra, alejándolos de su rol de oficiales de paz, cuyo deber es resguardar el cumplimiento de la ley y el orden y buscar soluciones pacíficas a los conflictos. Como consecuencia de estas acciones, ahora están en un estado de combate permanente, mirando al Pueblo como si nosotros fuéramos el enemigo”.
La activista explicó también que el accionar policial no está necesariamente vinculado a la bondad y/o racismo de los oficiales: “Existen, en algunos casos, buenos policías siguiendo malos protocolos. Entonces, no es un problema de buenos o malos policías, es un problema más de fondo, en donde deberían revisarse y modificarse los protocolos existentes, (en lugar de aumentar responsabilidades sobre una fuerza que no está entrenada para resolver esos conflictos sociales)”, y agregó con firmeza que “Si un protocolo establece que arrestar a alguien es más importante que su propia vida, entonces es un protocolo terrible y debe ser cambiado”.
Como sabemos, el racismo en Estados Unidos se profundiza en algunas regiones del país “Las marchas del movimiento BLM, realizadas en lugares republicanos, conservadores, de supremacía blanca, son muy peligrosas para las vidas de quienes las protagonizan”, desarrolló Roza. “Esta es la situación: la gente tiene que salir a las calles para demandar que sus propias vidas también son importantes. Reclamar mejores condiciones para ellos y sus familias y en esas calles se encuentran con fuerzas de seguridad que nos dicen que no podemos ejercer nuestro derecho constitucional de protestar pacíficamente, y TODO lo que pedimos es simplemente que se respeten los derechos humanos elementales y dignidad para todos los ciudadanos por igual”.
“Las cosas más básicas que estamos demandando son un final a la violencia y la brutalidad policíaca. Que se capaciten y entrenen en modos pacíficos de resolución de conflictos a todos los Departamentos de Policías. Que en casos de abusos de autoridad se juzgue a los responsables y no se considere que solo estaban realizando su trabajo, despreciando el dolor infligido o las vidas perdidas de las víctimas. Estamos pidiendo JUSTICIA. Y, finalmente, pedimos empatía del resto de la sociedad, porque ellos no han vivido los perjurios del racismo ni por un día en sus vidas”, resumió.
“Creo que Todos podemos hacer nuestra parte, no solamente acá en Estados Unidos. Yo puedo hacer mi parte como latina y todos pueden encontrar un modo de sumarse”, sostuvo, para luego dirigirse a nosotros, los argentinos, e interpelarnos:
“Una pregunta que quiero hacerles a todos ustedes como argentinos es qué están dispuestos a hacer para que esto no pase solamente acá en este país, pero también en su país, en cualquier lugar?, ¿Qué vamos a hacer para que estas cosas no sucedan en los lugares en donde vivimos, en donde deberíamos tener una comunidad unida y organizada?, ¿Qué discusiones están dispuestos a tener para poder cambiar el curso de nuestra historia?. No me quiero despedir sin dejarlos con el objetivo de que ustedes también formen parte de nuestra lucha, tomando parte en este movimiento. Porque, más allá de cualquier cosa, nadie es pequeño como nos quieren hacer creer, juntos somos gigantes, juntos podemos lograr el cambio que necesitamos ahora, hoy.”
Un paralelismo entre los problemas de Género y el Racismo
La Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN) viene llevando adelante una serie de actividades que tienen como eje central la construcción de universidades libres de violencia de género. Algunos ejemplos son la modificación del capítulo del Convenio Colectivo de Trabajo para docentes universitarios, que incorpora regulaciones sobre esta problemática y la adhesión a la “Ley Micaela”. Estas acciones muestran el interés genuino de incluir la perspectiva de género y la consolidación de la intención, por parte de la Federación, de construir instituciones donde prime la igualdad, allí donde el patriarcado aún persiste.
En el intercambio sostenido con la compañera Calderón, le pedimos su opinión sobre el entrecruzamiento de estas problemáticas y este fue su aporte a nuestras preocupaciones:
“En la Universidad me gradué de Geógrafa y, como muchos de ustedes saben, ya no quedan más tierras por descubrir, pero una de las cosas que estudiamos frecuente y extensivamente es el espacio. Nuestros usos de los espacios, la manera en que nos movemos en el mundo. Por ejemplo, el modo en que a las mujeres se les enseña a no caminar por callejones oscuros solas, porque pueden ponerse a sí mismas en una situación de peligro. La gente de color también está limitada en los espacios en que pueden navegar. Si escuchamos las historias de los ejemplos de víctimas de brutalidad policial, eran personas de color que se hallaban “fuera de lugar”, incluso circulando por sus propios barrios, usando un buzo con capucha, otros corriendo, ejercitándose, actividades cotidianas e inofensivas pero que fueron motivos suficientes para ser perseguidos por representantes de la Supremacía blanca y cazados como animales. Tenemos una lista interminable de nombres con estos ejemplos.”
“En este punto, ya no se trata de un tema sobre el uso del espacio público, son situaciones que pueden terminar siendo mortales para miembros de estas comunidades que se encuentren con representantes de la ley. Gente que ha sido asesinada estando desarmada e inadvertida del peligro al que estaban expuestas, (simplemente por el color de su piel). Entonces nuestro uso del espacio es muy, muy importante ya que es lo que nos permite navegar de manera segura, sentirnos a salvo, nos permite sentirnos en casa, nos da las herramientas para que sea posible unir a los miembros de nuestra comunidad, todo esto son componentes de nuestro espacio. Tanto las mujeres como la gente de color están desprotegidas en ciertos lugares, limitados en sus desplazamientos, ya que son fácilmente marcados como blancos de violencia. Ocurre lo mismo en EEUU con los latinos y las comunidades originarias. Por eso es preciso reconocer y cambiar eso, ahora mismo”.
Ponemos a disposición, a continuación, el video con el testimonio completo enviado por Roza Calderón para FEDUN de donde se extractaron los pasajes utilizados en la nota precedente (sin traducir).