Los desafortunados dichos de la gobernadora Vidal acerca de las universidades públicas bonaerenses muestran su desprecio por la educación pública en general y por la universitaria en particular, pero, además, muestran gran desconocimiento de la realidad, que se pone de manifiesto con sólo echar un vistazo a las estadísticas sobre el sistema universitario.
En el conurbano bonaerense, las universidades públicas no sólo muestran porcentajes muy superiores de estudiantes que son primera generación de universitarios en sus familias respecto de los valores promedio del país, sino que además amplían el acceso social a los estudios superiores.
Tal como lo muestra la tabla estadística en base a datos de la EPH-INDEC que acompaña esta nota, si tomamos como referencia los datos sobre el total del ingreso, la variación porcentual total entre el 2008 y el 2015 de la cantidad de personas residente en el Gran Buenos Aires que asisten a las universidades públicas aumentó en un 39%, lo que números absolutos representa 89.275 alumnos más que ingresaron al sistema universitario.
Desde 2003 la presencia de Universidades en el Gran Buenos Aires ha venido mejorando el acceso y la graduación de los estudiantes de los dos quintiles más pobres, por ejemplo, si tomamos datos para la misma franja el ingreso aumentó en un 47% y 95% respectivamente lo que en valores absolutos representa 41.914 alumnos que ingresaron al sistema público universitario desde los sectores más vulnerables.
Además, es necesario tener en cuenta que, dado el alto costo que tiene el transporte público -que sigue aumentando-, si las universidades bonaerenses no existieran la educación superior estaría vedada para muchas personas que hoy cursan sus carreras en esas casas de estudios. La mayoría de ellos serán primera generación de universitarios en sus familias.
Así las cosas, queda claro que la Gobernadora se expresa desde un flagrante desconocimiento de la realidad social, y sus dichos sólo se fundamentan en un rechazo profundo hacia la Educación Pública, hacia el rol social de las universidades públicas, y hacia la igualdad de oportunidades en el acceso a la educación superior. En otras palabras, como ya lo sostuvimos, van en sentido contrario al de la Justicia Social.