El precandidato a presidente, Javier Milei, presentó su plataforma electoral, en la que expuso un programa de gobierno que propone un fuerte recorte del gasto público del Estado, basado principalmente en recortar jubilaciones, privatizar servicios esenciales y arancelar la salud pública.
Estas recetas que ya se aplicaron en nuestro país en el pasado, significaron un claro retroceso en los derechos que fuimos conquistando a lo largo de los años, sin tener en cuenta el impacto que estas medidas tendrían en nuestro pueblo, especialmente en los más pobres propiciando un escenario de mayor desigualdad y exclusión social.
En materia de salud, una de sus propuestas es “descentralizar las derivaciones hospitalarias, arancelar todas las prestaciones de salud y autogestionar el servicio de salud en trabajos compartidos con la salud privada”. El arancelamiento de la salud pública, supondría consecuencias desastrosas para aquellos que no pueden permitirse pagar servicios médicos privados. El acceso a la salud es un derecho humano fundamental, y garantizar una atención médica de calidad para todos los ciudadanos debe ser una prioridad indiscutible.
También, sostiene que la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas no debe ser obligatoria y que defenderán “al niño desde su concepción”, en clara referencia a la posible derogación de la ley de IVE.
Además propone recortar las jubilaciones, pensiones y volver a un sistema de capitalización privado. Nuestro sistema de seguridad social ha sido fundamental para avanzar hacia una vejez digna. Nuestros jubilados merecen recibir una retribución justa y adecuada y desmantelar este sistema, para volver a errores del pasado dejará a nuestros ancianos en una situación de incertidumbre y vulnerabilidad no parece ser la solución.
Un párrafo aparte merece su compañera de fórmula, la diputada de ultraderecha Victoria Villarruel -también de La Libertad Avanza- hizo inadmisibles declaraciones negacionistas, progenocidas y anti derechos en los medios.
Reconocida por sus posturas negacionistas sobre la última dictadura cívico militar, Villarruel no solo pide mano dura, sino que reivindicó a los militares al considerar que “hay que reformar inevitablemente la ley de defensa nacional para que los militares puedan operar dentro del territorio cuando no hay un estado de sitio”.
Sin lugar a dudas debemos ante el avance de la derecha redoblar los esfuerzos para sostener lo conquistado y garantizar la defensa de los derechos, de los intereses de nuestro pueblo y de la Nación.
