En un insultante gesto, el Gobierno postuló como candidato para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a Carlos Horacio De Casas, el único postulante repudiado por organismos nacionales e internacionales en esta materia.
Mientras que Argentina es reconocida a nivel internacional tanto por su histórica lucha por la memoria, la verdad y la justicia, así como por la ampliación de derechos para el colectivo Lgbtti; Carlos Horacio De Casas es recordado por ser defensor de un represor, pronunciarse en contra de los estándares internacionales de libertad de expresión y expresarse en contra los derechos de la comunidad Lgbtti y de las mujeres, por mencionar sólo algunos de sus logros en lo que a Derechos Humanos respecta.
Incluir en la CIDH a un representante de estas características sería un retroceso muy grande. Esto ya es suficientemente grave en sí mismo, sin mencionar la incompetencia del candidato del Gobierno para integrar este órgano, puesto que ni su perfil, ni su desarrollo profesional (vinculado al derecho penal empresarial, financiero y tributario), se relacionan de ninguna manera con la protección de los DDHH.
Este accionar nos hace dudar, una vez más, de la política del Gobierno Nacional en relación a los Derechos Humanos, que más bien parece hacer grandes esfuerzos para minimizar y demoler todos los avances logrados en Argentina. O quizá sea una estrategia más para tapar las destructivas medidas económicas que se están implementando en nuestro país.