Hay una constante bajada de línea desde los discursos del presidente y del resto de sus ”Ceos” del gabinete nacional, en plantear que el actual malestar, las presentes dificultades existentes, son producto del “desgobierno” anterior, y que estas recetas (las medidas económicas que implementan), son las que permitirán, en un futuro próximo, (capaz en el tercer o cuarto semestre), recomponer lo desarticulado por la anterior administración, aunque hayan pasado ya quince meses desde su asunción.
Esto podría comprenderse, si todos los actores de nuestra sociedad estuvieran atravesando similares dificultades, ante una tormenta perfecta, que nos empapase a todos por igual, cual fenómeno natural (dizque terremoto o similar). Pero hete que no es así.
Algunos sectores como los asalariados, vemos cómo se nos va licuando la capacidad adquisitiva de nuestros ingresos, que son los salarios, mientras que en algunos otros sectores, pocos y concentrados, como las empresas energéticas y los bancos, sus ganancias se disparan en esta misma situación que nos quieren vender como justa y equitativa.
Esto no es así, ya que mientras algunos nos empapamos, otros toman sol lo más cómodos, como si estuvieran en alguna playa caribeña, (¿Panamá, quizás?).
Esto es cualquier cosa menos justicia.